El río Guadalquivir es el río de Sevilla.
Sus afluentes principales son los ríos Genil, Guadalbullón y Guadiana Menor. Genil, Guadiana Menor, Guadalimar, Jándula, Guadiato, Viar, Rivera de Huelva o Guadiamar.
Híspalis, la Sevilla romana, fue el centro comercial de la
región Bética, Andalucía, gracias a que
el Guadalquivir era un río navegable y
acogía barcos de gran tamaño.
Los árabes quienes se sintieran deslumbrados ante la belleza
del Betis (nombre que dieron al río los romanos), al que llamaron Río Grande
(ese es el significado de la palabra Guadalquivir wadi al-kabir-).
La Torre del Oro es del siglo XIII
Desde el descubrimiento de América en 1492 el puerto de
Sevilla se convirtió en el centro de donde partían sin cesar hombres, barcos y
materiales. El puerto de Sevilla era el
receptor de todo el tráfico con el nuevo continente.
En el siglo XII había un puente de
barcas para comunicar Sevilla y Triana, puente
que perduró hasta las décadas centrales del siglo XIX, cuando se construyó el puente de Isabel II, más conocido como puente de Triana.
Pero el puerto de Sevilla perdió su importancia debido a que
fueron incrementando progresivamente las malas condiciones del fondo del río,
lo que obstaculizaba el acceso a los navíos. Por este motivo se produjo el
debilitamiento de la actividad comercial.
En 1717 el monopolio comercial con
América se trasladó a Cádiz y fue entonces cuando empezó la crisis económica de
Sevilla.
Gracias a la Exposición Universal
de 1992 el Guadalquivir recobro su importancia en la vida de Sevilla dejando su cauce y sus márgenes para disfrute de
vecinos y visitantes en un recorrido de 11.4 Km.
Se ajardina sus orillas y se restauran los edificios históricos como el
Monasterio de San Jerónimo, el Monasterio de San Clemente y la Cartuja de Santa
María de las Cuevas.
A todo hay que
sumar los nuevos puentes construidos sobre el río.
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